Una habitación fría, una madre sola, médicos y enfermeras hablando durante el desayuno.
Acceso, sonda, anestesia.
La ansiedad desborda el pecho durante meses para encontrarse con el bebé de tus sueños.
La madre cesárea, una mujer valiente. Créeme, cualquiera que esté dispuesto a someterse a esta cirugía es sin duda una mujer valiente.
Para aquellos que creen que la cesárea es menos dolor, los invito a imaginar la sensación de post-quirúrgico después de una incisión de 10 cm en la piel y una más pequeña en el útero, cortando ocho capas de tejido en el camino.
La madre por cesárea sufre dolor durante días, meses y está marcada por toda una vida con la cicatriz que le dio vida a su hijo.
La cesárea generalmente espera 12 horas después del nacimiento para poder llevar a su hijo a su regazo por primera vez. Se levanta de la cama y siente el dolor de quien donó el cuerpo a su hijo.
La madre cesárea se va a casa recién operada, toda cosida, se levanta y siente dolor, tose y siente dolor, se ríe y siente dolor, pero la madre cesárea día y noche cuida a su hijo recién nacido.
Y después de que todo ha pasado, la madre cesárea mira a su hijo y concluye «¡Valió la pena!»
Y todo lo anterior necesitaba pasar para traer a mi hijo al mundo sano y salvo.
